La Galeria Daniel Abate acaba de inaugurar la muestra “Protoforme” de Dolores Furtado. La abstracción sugerente de las dos grandes formas traslúcidas que dominan la sala , según aclara la artista, surgió espontáneamente , con la fuerza expansiva de los propios objetos.”En el pasado mis esculturas tenían el tamaño de lo manipulable y ahora se confrontan con la medida del cuerpo”, observa Furtado. La leve transparencia de las formas ( o protoformas) , el aspecto gomoso de la superficies, y las chorreaduras blanquecinas cayendo por un cilindro fálico, le brindan cualidades orgánicas a las esculturas realizadas en resina poliéster. Las formas se levantan como monumentos del deseo.
La sexualidad, el erotismo y su sintomatología orgánica , están presentes en la obra de varios artistas de las últimas generaciones. Desde la década del ochenta , el argentino Guillermo Kuitca o el brasileño Tunga, utilizaban francas referencias a los fluidos del cuerpo como material de sus obras cargadas de significado.
En el texto que escribe Alejo Ponce de León sobre las esculturas de Furtado, explica: “como representación, habría que poner demasiado esfuerzo en intentar definir la idea que intentan representar; de hecho aparecen como formas literales, auto-evidentes, desprovistas de la suficiencia para representar algo más (…)Un periodo prolongado de contacto con estas piezas puede llevar a pensar en distintos procesos orgánicos, sean regulados o inconscientes. Pensar en el avance lento de la tonificación de los músculos, por ejemplo, o en los tejidos esponjosos que se hinchan al ser irrigados por la sangre. En la aparición de manchas en la piel, la secreción involuntaria de fluidos, en el rubor”.